El agua contaminada es un grave problema de salud y, uno de nuestros mayores deseos cuando nos mudamos a una nueva residencia en el campo, es tener al día los suministros, plenamente convencidos de que cumplen los requisitos aptos para su consumo.
A este respecto, una de las dudas que con más frecuencia nos plantean en Sondeos Nigrán, expertos en pozos de barrena y trabajos con micropilotes en la provincia de Pontevedra, es cómo saber si el agua que sale de un pozo doméstico se puede considerar o no segura para el consumo humano.
Con el fin de aclarar esta cuestión, hemos elaborado para usted esta breve guía. Siguiendo estos consejos, usted podrá disfrutar del agua doméstica con todas las garantías sanitarias que necesita.
Incolora, inodora e insípida
¿Se acuerda de aquello que nos decían en el colegio: el agua es incolora, inodora e insípida? En realidad, esta descripción es un buen indicador de las características que tiene el agua potable. Buscaremos siempre que no tenga color, que no desprenda olor y que no tenga un sabor fuerte identificable.
Vayamos con el color: el agua, efectivamente, debe ser transparente. Mire si el agua de su pozo lo es: si se presenta turbia, tiene un claro indicio de que falta de potabilidad. Lo más probable en ese caso es que se trate de agua contaminada.
Vayamos ahora con el sabor. ¿Puede el agua, en términos general, tener un sabor representativo? Lo cierto es que depende mucho de la composición mineral del agua en cuestión. En algunas ocasiones, puede el agua tener un cierto regusto agradable y muy suave. No obstante, otros sabores presentes en el agua pueden estar indicando una contaminación de la misma: en aguas con cloruros la tendencia que se impone es el sabor salado, en aguas con magnesios, el sabor amargo y en aguas con aluminios un gusto terroso.
Lo normal es que el “sabor” del agua no sea apreciable, por lo que debemos desconfiar de la presencia de algún sabor característico. Por último, analicemos el tercer punto: el olor. Aquí sucede lo mismo: cualquier olor presente en el agua puede ser un indicativo de que está contaminada. ¿Cómo cerciorarse de que mi agua es potable? A simple vista, podemos emplear esta sencilla regla de tres: examinar color, sabor y olor y desconfiar de cualquier indicio que muestre un desequilibrio en alguno de los tres parámetros. No obstante, puede que, aún así, las dudas persistan. En ese caso, le recomendamos contratar un servicio de medición de la calidad del agua y contar con el asesoramiento experto de Sondeos Nigrán, expertos en pozos de barrena y trabajos con micropilotes en la provincia de Pontevedra.